La separación de una nación o de una región puede tener sentido si los códigos, las acciones, las intenciones, no van hacia formas de aislamiento o de regresión, a formas antiguas, sino en la dirección hacia la humanización de las relaciones entre los pueblos, hacia el real reconocimiento de las diversidades, hacia la real integración entre las culturas, las naciones y las regiones que quieren representar las vanguardias en la formación de la Nación Humana Universal.
Frente a los acontecimientos de (...)