El Esquema Energético

Buscando entre mis materiales enconte este documento que se refiere a temas no suficientemente aclarados en escritos y referencias anteriores, temas que giran en torno al Esquema Energético del ser humano, al estado de Conciencia de sí y al trabajo con la fuerza.

Creo que este materialisto nos viene bien que los disfruten!


I. EL ESQUEMA ENERGETICO

Los «centros» en el hombre, han sido explicados como áreas del sistema nervioso en donde se localizan funciones. Cada centro, además de su localización nerviosa, tiene relación con distintas glándulas . Las partes y subpartes de los centros, han sido presentados como localizaciones más precisas y como niveles distintos de energía nerviosa.

Por otra parte, se ha visto que la acción de los centros se manifiesta en los plexos nerviosos, de una manera que puede experimentarse sin mayores dificultades.

Los centros han sido observados como recolectores, transformado¬res y distribuidores del tipo de energía definida en general, como «energía psicobiológica » o más simplemente » energía vital «.

Pese a la simplicidad de todas esas explicaciones, ellas han tenido eficacia al sintetizar en un cuadro general el complejísimo trabajo de la energía en el ser humano, que al recorrerlo, va produciendo manifestaciones tan alejadas entre sí como puede ser el acto del reflejo y la sensación de comprensión intelectual.

Interesa ahora completar el esquema, dándole mayor extensión, no mayor precisión de detalle.

Conocemos (y podemos determinar experimentalmente ), la existen¬cia de un campo de energía que rodea a todo ser vivo y que circu¬la en torno a él como si el cuerpo con respecto al campo, su «centro de gravedad «. La amplitud del campo es variable y puede de¬tectarse su acción a varios centímetros de distancia de la piel.

El campo posee características electromagnéticas débiles pero ello no permite inferir que su naturaleza sea electromagnética. Tampoco puede confundirse a este campo con la radiación infrarroja producto del metabolismo, de la acción calórica del ser vivo.

Cada célula está rodeada, del mismo modo, por su campo. Ciertas agrupaciones de tejidos multiplican el efecto del campo tal es el caso de los plexos nerviosos entorno a los cuales se organizan vérti¬ces de energía. Existen, por lo menos, dos tipos de pasaje de energía en un cuerpo organizado: la circulación externa a él y la que se desplaza de vértice en vértice. Cada plexo, ya en particular, reproduce el esquema por cuanto la energía se desplaza en torno a él y porque también se desplaza internamente. Y así, en el caso de la célula, aparece el mismo sistema.

Las acciones entre cuerpo y campo son reciprocas y cualquier modificación en uno provoca una alteración concomitante en el otro. La energía de campo puede sobrecargar o eludir plexos. En tales casos, se producen disfunciones corporales.
Puede restablecerse la circulación normal, por acción en cualquie¬ra de los términos, pero según se elija uno u otro se dará lugar a dos tipos distintos de » medicina » . Comentaremos como digresión que la Acupuntura, por ejemplo, es un tipo de » medicina » superficialmente corporal, pero que su acción es de campo y que la an¬tigua taumaturgia fue » medicina » estrictamente de campo.

Los ciclos y ritmos de circulación energética son propios de cada ser vivo y dependen de su singular actividad. No obstante, cada especie posee un sistema de ciclo y ritmo que le es característico y que está relacionada con el ciclaje de la luz y las variaciones de campo que sufre la tierra. Dicho de otro modo: se observa que independientemente del biorritmo individual las diversas especies tie¬nen su biorritmo general actúa en función del día y la noche; de las posiciones lunares y de las descargas solares.

Genéticamente considerado el problema, el campo en su organización externa e interna está ya presente en el óvulo y el espermatozoide, de manera que la acción de campo a partir de la fecundación es activa y todos los » órganos » están completados energé¬ticamente aún cuando físicamente no se hayan juntado. Este asom¬broso fenómeno permite considerar al campo como un principio or¬ganizador de la materia prima con la que está relacionado y si bien observamos que la acción de ambos componentes es reciproca, descubrimos que sus funciones no son las mismas.

Se puede acelerar, retrasar, fijar, interrumpir, desviar y exteriorizar la energía que nos ocupa. Cada uno de estos casos tiene consecuencias bien distintas que no desarrollaremos aquí, salvo el último de los mencionados.

La exteriorización del campo se produce por una sobrecargar par¬ticular en el centro que conocemos como » superior «. En las es¬pecies inferiores existe también ese centro (de mayor desarrollo fisiológico aún que en el hombre ), que actúa con total prescinden¬cia de lo que podríamos llamar inteligencia.

En el ser humano, el centro se moviliza accidentalmente y con mayor facilidad en los estados crepusculares o de sueño, que en el estado de vigilia ordinaria. En los casos excepcionales de movilización en vigilia ordinaria, el fenómeno de todas maneras, es independiente de la voluntad del sujeto. Esta es la razón primordial que explica el fracaso de toda acción para psicológica que se pretende efectuar por acción de la atención concentrada o por forzamiento voluntario. En definitiva, sucede que todo fenómeno de exteriorización está ligado a tensiones patológicas en el centro sexual o con tensiones que movilizan violentamente los instintos de conservación, como respuesta a situaciones – límites que hacen peligrar la vida o la estabilidad de toda la estructura … y no hay otros casos, en principio.

Cualquier aprendiz de Adivino de cierta sensibilidad, advierte que para operar más o menos correctamente debe producir un «corrimiento » del estado de vigilia ordinaria y para ello es que (aunque despierto ) se coloca en actitudes corporales relajadas, cambia el tono respiratorio, entrecierra los párpados y conecta con sus sen¬saciones cenestésicas tratando de amortiguar los mecanismos propios de la vigilia y los estímulos del media. La practica sostenida de tal actitud lleva al trance autohipnótico propio ya de algunos mediums que provocan, efectivamente, las manifestaciones paranormales más sorprendentes.

Está luego el caso de la manifestación extraordinaria en plena vigi¬lia pero que surge súbitamente con total independencia de la volun¬tad del sujeto. ,

Los casos conocidos como » telepatía «, «precognición», «impregnación», » telekinesia «, etc. son actos particulares del mismo fenómeno de exteriorización de campo que dependen de la sobre car¬ga energética en el centro superior .

Los llamados » desdoblamientos » y » materialización » aparecen como los casos máximos de mayor pureza de exteriorización de campo. Ellos sobrevienen en las proximidades de la muerte violenta o en las anestesias profundas cuando peligra el cuerpo … también, en casos de mediumnidad avanzada.

Los registros subjetivos que hacen en general los ocultistas sobre sus “proyecciones astrales», sus » viajes » y «vuelos nocturnos» a grandes distancias, etc. pertenecen más bien al terreno de la alucinación ( cuando no de mala fe ), no requiriéndose para in¬terpretar los conocimientos superiores a los que da la Psicopatología.

Por la relación de campo con los centros y sus actividades, com¬prendemos la importancia del trabajo armónico de todas las funciones en el ser humano. E1 trabajo de uno o varios centros en des¬medro del trabajo de otros la contradicción entre intelecto, emotividad, motricidad y sexo, provoca desarticulación en el campo y también disfunción corporal.

La mayor consecuencia que puede extraerse de todo esto, es que: los actos unitivos armonizan y le dan cohesión al campo operando todo él en sentido centrípeto. los actos contradictorios disocian el campo, operándose fuerzas centrifugas desintegradoras del conjunto.

Al hecho de unificación del campo en torno a un centro de gravedad le damos importancia preeminente en el trabajo. Todo el trabajo tiene a la formación de ese » algo » nuevo, que no es sino la unificación del campo,

El doble ( o alma, para los antiguos ) puede proyectarse fuera del sillar corporal, pero dependiendo de éste en definitiva. No hay razón para pensar que separándose el campo de su sillar material (tal es el caso de la muerte ) . Mantenga su unidad máxima si su estructura no tiene cohesión interna, si los actos acumulados son contradictorios y las fuerzas centrífugas actúan desintegradoramente.

Los casos comprobados de supervivencia del doble luego de la muerte, tienen que ver con determinados lugares en los que ocurrió el deceso súbito o violentamente. Estos dobles actúan automáticamente repitiendo siempre una misma operación o emitiendo sonidos de un modo repetitivo con la misma idiotez de un robot. Por el paso del tiempo o por modificación del ámbito al que está referido el doble, éste se desvanece definitivamente. Pero en tales casos extraordina¬rios, el doble no posee el mínimo de inteligencia, pareciéndose más bien a una grabación articulada por el campo.

II. EL ESTADO DE CONCIENCIA DE SI.

Tal estado permite colocarse frente a las contradicciones en otra situación mental. En ese sentido, el esfuerzo por el logro y consolidación de la conciencia de sí cumple en el mejor sentido con la formación de actos unitivos, centrípetos.

La unidad que progresivamente va dando la conciencia de sí es la que internamente se registra como la formación de un » algo » nuevo en uno, de un centro de gravedad en torno al cual se des¬pliega el quehacer vital. Ese es el sentido del trabajo. A partir de ese punto ( a partir de la conciencia de sí ) se puede hablar de desarrollo .

Recalquemos esto de otro modo.

Si se nos pidiera que explicáramos en pocas palabras a qué tiende el trabajo, diríamos que tiende a ELIMINAR EL SUFRIMIENTO MEDIANTE LA UNIDAD INTERNA QUE DA LA CONCIENCIA DE SI.

No hay problema en torno a la supervivencia tras la muerte que puede ser resuelto sin tener en cuenta la formación de un campo unificado, o de un » algo » interno que barra con las contradicciones desintegradoras .

Es a partir de la consolidación de la conciencia de sí, que las exteriorizaciones de campo adquieren sentido consciente.

EL centro superior puede ser movilizado crepuscularmente en forma accidental, pero tales casos no dan unidad interna ni permiten evo¬lucionar. La activación del centro superior mediante trabajos conscientes parte necesariamente de la conciencia de sí . De ese modo, se está trabajando para el hoy y para el mañana. SI SOLO SE ACEPTARA EL BENEFICIO DE LA UNIDAD INTERNA Y DEL PRO¬GRESO PSICOLOGICO SIN CONSIDERAR POSIBILIDADES ULTRA MUNDANAS, SE HABRIA YA GANADO TERRENO, pero nosotros vamos más allá de lo simplemente psicológico, porque nos interesa ganar la inmortalidad.

EL doble sin conciencia superior, es una suerte de conglomerado e¬nergético que sin sillar físico se desintegra. Tal vez advirtiendo esto, los antiguos consideraron al alma como sustancias de naturale¬za distinta al espíritu, siendo éste el principio organizador de aquella.

EL doble sin conciencia superior no posee centro de gravedad. E1 trabajo consiste, por consiguiente, en la unificación y dirección del doble mediante una conciencia superior que poco a poco debe irse formando en el interior del ser humano.

EXISTE UN TIPO DE ACELERACION Y CARGA EN LA CIRCULA¬CION DEL CAMPO ENERGETICO. TAL ES EL CASO DE LA FUERZA.

I I I . EL TRABAJO CON LA FUERZA

Esta actividad no puede estar separada de la conciencia de sí.

Lo que sigue puede observarse a fin de aprovechar al máximo las posibilidades que da la fuerza.

Tomamos por base lo explicado en el libro » La Mirada Interna » y agregamos esto:

1. Basta con que se controle la concomitancia motriz, para que la caída crepuscular se vea detenida. Es decir, en lugar de hacer un tabú de lo crepuscular ( cosa que inhibe el buen trabajo), importa entrar en el clima adecuado y continuar su desarrollo sin temor a la «caída». Si se presentaran concomitancias motrices, éstas serían aquietadas mediante la observación del cuerpo y en el caso más extremo, poniéndose de pie y recomenzando luego una vez superada la situación. En síntesis: la manifestación de la Fuerza, surge como una «electrificación» o “carga» corporal muy evidente, pero que no debe pasar de una ligera ondulación.

2. Las concomitancias emotivas, igualmente, no son fenómenos de temer y corresponden al pasaje de la Fuerza.

3. La aceleración de la motricidad intelectual es perfectamente normal considerando que la acción de la Fuerza moviliza todos los centros y por lo tanto, se asiste en ese trabajo a la sucesión veloz de las imágenes.

4. Todo el trabajo de la Fuerza es de aceleración y cargo inter¬na, pero terminada tal operación se puede (en cualquier lugar y momento ), apelar a la misma esfera solo que «ubicándose» mentalmente en su interior. Esto no debe llevar a confusión: una cosa es el trabajo con la esfera en el interior de mi misma, que al final termina delatándose como sensación hasta a fuera del cuerpo, y otra cosa es la imagen de la esfera den¬tro de la cual me ubico mentalmente en el momento que me parezca de utilidad. En realidad, LA IMAGEN DE LA ESFERA QUE ME RODEA SE IDENTIFICA APROXIMADAMENTE CON MI PROPIO CAMPO, DE DONDE RESULTA UNA SUERTE DE DIVISION ATENCIONAL QUE TIENE POR PUNTO DE APOYO NO AL PUÑO NI A LA SENSACION VISCERAL DEL CUERPO, SINO A LA IMAGEN DE LA ESFERA QUE ME RELACIONA CON LA POSICION CORPORAL ENTRE LAS COSAS QUE ME RODEAN .

A la visualización de la esfera rodeándome, en ningún caso debo con fundirla con la esfera que utiliza para lograr el contacto con la Fuerza (se trata en realidad de la misma esfera solo que referido a ella de dos maneras muy diferentes) . La esfera que me rodea sirve a los efectos de la división atencional cotidiana y a la entrega de energía que fue acumulada en los contactos producidos en el trabajo con la Fuerza. COMO IDEA MUY GENERAL DIGAMOS QUE LA ESFERA EN MI INTERIOR SE CARGA; YO EN EL INTERIOR DE LA ESFERA ME CARGO.

Lo anterior se basa en un principio morfológico que explica la «acción de la forma » sobre los campos, pero esto no viene ahora en cuenta.

Sintetizando los cuatro puntos podemos decir que quién desee traba¬jar con la fuerza debe conocer su mecánica; evitar todo tabú hacia lo crepuscular; lanzarse en ese trabajo periódico con total tranquilidad y solo debe evitar las concomitancias motrices si estas se pro¬ducen (para lo cual pueden ayudar otras personas presentes si observan que se suelte ese fenómeno ). Finalmente, ha de considerarse la utilización de la esfera en la vida cotidiana como apoyo de la conciencia de sí o como recurso de carga en cualquier momento y lugar. Ese es el sentido que tiene el principio enunciado en » La Mirada Interna » y que dice: «Cuando encuentres una gran fuerza, alegría y bondad en tu corazón o cuando te sientas libre y sin contradicciones, inmediatamente agradece a tu Dios interior como si te agradecieras a ti mismo.

Cuando te suceda lo contrario, pídele con fe y aquel agradecimiento que acumulaste en tu interior, volverá convertido y ampliado en be¬neficio. Pero no puedes pedir a tu Dios si antes nos has tomado contacto con él, al despertar la Fuerza y al entregarle alegremente tu bondad. Cuanto mayor sea tu agradecimiento, mayor beneficio volve¬rá cuando sea necesario. De este modo sencillo, llegarás a experimentar que tu inmortalidad y evolución dependen del crecimiento de tu Dios Interior » .

El trabajo mensual con la Fuerza debe estar exento de todo apoyo ri¬tual y desenvolverse en un clima normal y amable, en lo posible si¬lencioso. Aún la lectura de la » Guía del Camino interno » debería efectuarse personal, silenciosa y medianamente. La lectura en voz alta de ese texto crea, en ocasiones, un clima de oficio religioso que puede hacer confundir las cosas.

Son numerosas las personas que desde el primer trabajo con la Fuerza logran el contacto, a otras les sucede lo contrario. Hay algunos que reciben contactos muy espaciadamente y aún otros que perciben una disminución con el paso del tiempo. Todos esos casos responden a dos situaciones: la primera es la coincidencia o no del trabajo con el propio ciclaje y la segunda tiene que ver con la PREPARACION PREVIA efectuada durante todo ese día hasta el momento de las operaciones. Pero en general, el contacto y correcto pasaje de la Fuerza, está relacionado con los actos unitivos y el desarrollo individual que se va logrando en el Trabajo.

Una persona que ha recibido la Fuerza puede pasarla a otra con facilidad, bastando que exista acuerdo entre ambas. En tal caso, el intermediario toma con suavidad las manos del interesado y deja que la Fuerza pose a través de él hasta que el receptor registra las primeras conmociones. Queda en claro que el paso de Fuerza no depende de cualidades especiales del intermediario. Este punto debe comprenderse bien a fin de no incurrir en errores de interpretación que siempre llevan a la » originalidad » o » experimen¬tación «, primer escalón (en estas materias ) de la improvisación y el desvío.

No es difícil entender la atracción que experimentan por las prácticas erróneas, algunas personas de tendencia crepuscular tan ami¬gas de lo fenoménico. E1 PASO DE LA FUERZA TIENE EL SIMPLE CARACTER DE INTERMEDIACION Y ACTUA DANDO PARTICIPACION Y CONFIANZA A OTROS EN EL MANEJO DEL FENOMENO.

LOS BENEFICIOS DE LA FUERZA PUEDEN ENTENDERSE A TER¬CEROS QUE NO PARTICIPAN DIRECTAMENTE DEL TRABAJO . BASTA UN FRANCO PEDIDO DE AYUDA PARA QUE CUALQUIER INTERMEDIARIO PUEDA. MERCED DEL CONTACTO PERSONAL, PASAR LA CARGA RECIBIDA A QUIEN LA NECESITA. ESTE TI¬PO DE PASE NO REQUIERE DIA NI HORA PRECISA AUNQUE EXIGE DEL OPERADOR LOGRAR EL CONTACTO EN EL MOMENTO DEL PASE, SEGUN EL SISTEMA CONOCIDO DE OPERACION.
CUALQUIER PERSONA PUEDE SER REVITALIZADA, CARGADA Y ARMONIZADA EN SU CAMPO. MERCED A UN INTERMEDIARIO DE LA FUERZA, BONDADOSO Y CONSCIENTE.

La acción de campo a distancia (sin contacto personal) es ya un fe¬nómeno más raro que depende de la exteriorización del doble. Tal cosa no es extraña a todo lo explicado anteriormente respecto del esquema energético y de la conciencia de sí. Los campos individua¬les actúan en concomitancia mayor según el nivel de desarrollo. E1 acceso a un plano de concomitancia entre campos, depende del desarrollo – individual. Dado ese acceso, no tiene por qué descartarse la acción posible de espíritus evolucionados en el proceso humano general.

Acerca del origen y naturaleza de la energía vital, es poco lo que podemos agregar acá. En todo caso referimos este problema a la teoría morfológica general de la que deriva el estudio de las formas y su acción sobre la energía y materia. Es la acción de for¬ma, en definitiva, la que explica la creación y proceso de las di¬versas entidades.

LOS TRABAJOS CONOCIDOS COMO AUTOCONOCIMIENTO, SUPE¬RACION Y AMPLIACION DE LA CONCIENCIA , HALLAN SU RAZON DE SER NO EN EL MERO HECHO DE LOGRAR UN MAYOR GRADO DE CONCIENCIA EN EL SUJETO, SINO EN LA RADICAL DIFERENCIA DE ESTRUCTURAR UN » ALGO » UNITIVO SUSCEPTIBLE DE DESARROLLO. TODO EL TRABAJO CONOCIDO TIENDE A LA FORMACION DE ESA UNIDAD, EN TANTO QUE LO EXPLICADO COMO » DISCIPLINAS » HACE EL DESENVOLVIMIENTO DE ESA UNIDAD CUALITATIVAMENTE DISTINTA.

Silo, Agosto 1973

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