Silo reunió esa noche en un local cerrado a un centenar de simpatizantes. Se permitió la entrada solamente a las personas más próximas.
En esa oportunidad dijo:
«He dicho y repetido más de una vez; que respondiendo al pedido de quienes desearon oír mi palabra, traté de expresarla. Que esto se haya podido realizar o no, es un simple accidente.
Lo que si me parece importante, es destacar que aquí no hay un maestro, ni un guía, ni un líder.
En todos los casos respondí al llamado y traté de comunicar mis experiencias, pensando que podrían servir para que cada uno las confrontara con las propias. Pero aquel que de esas palabras ha hecho un dogma, agregó un nuevo eslabón a su cadena.
Cada uno es su propio maestro en las experiencias fundamentales y cada uno tiene derecho a comunicarlas a otros. Impedir lo segundo es además de tontería, señal de brutalidad. Confundir la expresión con una enseñanza es en ocasiones un error, en ocasiones debilidad interior.
En las cosas del espíritu, pueden darse algunas herramientas pero en definitiva uno mismo es el artesano, uno mismo realiza su experiencia.
Quien no comprende que un Maestro o un dogma o una religión no salvan a la propia conciencia, no comprende entonces el sentido de la experiencia que trato de comunicarle y a la vez (por este hecho) queda demostrado que mi intención ha fracasado. En tal situación de mal entendido, es preferible que no escuche lo que digo a que deforme mis palabras, porque esto último induce el error en otros que también están en la búsqueda.
Cuando digo: «Siente, piensa y actúa en la misma dirección» estoy exhortando a que se realice una nueva experiencia de la que cada uno debe extraer sus consecuencias.
Cuando invito a la meditación, sugiero que cada cual experimente el silencio y escuche la voz de su conciencia.
Cuando digo: «Actúa sin violencia» doy referencias para que las experiencias fundamentales tengan un ámbito en el cual echar raíces.
> Extracto final Arenga Prohibida
Excelente esta arenga es una directriz de nuestros movimiento mentales hacia otros hombres, una doctrina o la divinidad.