Charles Juma Onyango, humanista de Kenia escribe un artículo que estremece que nos obliga a llamar al mundo para pedir misericordia, la violencia es una espiral sin fin y la única formula para acabarla es hacer algo diferente, la no violencia sigue en pie, estas linea son de enero 02 de 2008. demandamos al mundo que haga algo ya!
Estimados amigos:
Hoy es 27 de diciembre y la gente de Kenia de todos los niveles sociales se ha levantado temprano, tan temprano como a las 4 de la mañana, para emitir su voto. Un voto al que ellos denominaron el voto del cambio, ¿por qué voto del cambio? Porque en 2002 votaron por un cambio que según muchas estadísticas, nunca vieron. Y así la gente esperó en las colas que de tan largas daban vueltas, solamente para emitir ese voto valioso que, según creían y creen aún, iba a cambiar sus estándares de vida.
Y así, la gente votó y volvió a sus hogares o núcleos sociales, para empezar a mirar el ejercicio del conteo de votos por televisión o a escucharlo por radio.
El primer día va todo bien, el conteo favorece aquello a lo que la gente votó.
El segundo día de conteo, todos empiezan a notar ciertas irregularidades, irregularidades que se le muestran al director de la comisión electoral de Kenia, pero en vano. El viejo se limita a hacer bromas acerca de las irregularidades observadas.
El tercer día, la comisión electoral empieza a dilatar el anuncio de los resultados, especialmente los referidos a la presidencia. ¡Caramba! Se está cocinando algo en el centro de resultados de la CEK en KICC. Se están manipulando los resultados presidenciales. Se están inflando entre 15.000 y 20.000 votos a favor del titular Sr. Kibai. La gente ha hablado acerca del tema con la misión observadora europea, con la estadounidense e incluso con la del commonwealth. ¡¡¡Nadie le prestó atención!!!! toda la nación está ansiosa de saber quién será el próximo presidente. Aquel a quien votaron. Pero no habrá noticias todavía. La espera es muy larga y desgraciadamente la forma de expresarse es a través de la violencia y la gente ha comenzado a destruir las propiedades. ¡Terrible! Malo, muy malo, malísimo, han asaltado a uno de los supermercados más grandes de esta zona, en Kisumu, el saqueo se ha instalado y la destrucción violenta y la quema de casas, están en camino. Mientras todo esto sucede, nadie quiere pensar que esto resultará en una destrucción sin garantías, tanto de los seres humanos como de las propiedades.
Todo ha sido saqueado. (Heladeras, televisores, alimentos, etc) Mucha gente ha recibido disparos y los hospitales están llenos de heridos de bala. Uno de los problemas aquí es que los hospitales tienen poco personal para atender a las víctimas de la violencia en esta elección. Están muriendo uno tras otro.
El cuarto día y la temperatura de la violencia es alta, la casa de gobierno presiona a la CEK para que se declare a Kibaki ganador; la oposición por otro lado, pone aún más presión para que se recuenten los votos para el cargo presidencial, ¡a la vista de los medios y del público! Algo para lo que el tramposo equipo de la casa de gobierno, dirigido por la ministra de justicia y de asuntos constitucionales, no tiene oídos. Se negaron, se negaron rotundamente. A los medios de comunicación privados se les ha ordenado cerrar sus actividades de emisión en vivo, empacar sus pertenencias en el KICC (Centro de Conferencias Internacionales de Kenia, por sus siglas en inglés) y partir de inmediato. La temida unidad del Servicio General está pronta para que ello se cumpla. La única estación que tiene permiso en el KICC es la KBC, cuyo propietario es el Estado. ¿Por qué? La CEK debe anunciar ahora, inmediatamente, que Kibaki ha ganado lo que ellos llamam una «una muy reñida elección» !!!!!
Se lo anuncia immediatamente, apenas han pasado 20 minutos y está jurando en una ceremonia en la casa de gobierno. La han robado y deben cuidarla los más celosamente y lo más pronto posible. De modo que el otro bando no tenga tiempo de interponerse. ¿Y es así como han sucedido las cosas? ¿En democracia? Puede ser que seamos una democracia, o no, permítanme pensarlo un poco… mmmmmmmmm.
Que Kibaki ha ganado la elección con 30 miembros del parlamento contra los 100 de Raila Odinga, es algo que la gente no va a escuchar. La cuenta no da. Salen a las calles a protestar y se encuentran con la policía. Les tiran a quemarropa, los muelen a palos y sobreviene el caos. ¡Todo un caos!
A medida que escribo este artículo, se escuchan tiros en el aire, quizás han muerto a otro, a dos a tres, a cuatro y la cuenta continúa. No sabemos cuántos, pero se calcula que unas 170 personas murieron, en tanto que otras 70.000 tuvieron que escapar. Se quemaron casas y vehículos en las calles y la locura continúa. Nadie escucha al otro. La gente dice que les robaron las elecciones. Lo dicen en todas partes mientras andan en boda boda, tuk tuka y juran que no van a dejar las cosas así. Ayer en Eldoret, más de más de 30 personas fueron quemadas vivas y muchos otros, fueron muertos en los barrios bajos de Mathare en Nairobi.
Mi país. ¡Oh, mi país! Sigo llorando por ti. En este momento necesitamos sentarnos juntos y hablar. La única forma es que ambos bandos se traguen su orgullo y que Kibaki declare abiertamente un recuento de votos. De esta forma la gente estará feliz de que su presidente, el que ellos eligieron gane la elección. ¡Esa es la única seguridad que necesitan! ¿Habrá alguien que los escuche?
¿Seguirá esta locura? Esta parece ser la pregunta que muchos se hacen.
Tupâ, tupâ, tupâ, los disparos continúan invadiendo el aire. Uululu..ululu..continúa llorando la gente.
¿Saldremos de esta o las cosas empeorarán como en Ruanda.?
Quizás hoy ustedes no leyeron los titulares de los diarios, anunciaban en letras de catástrofe: «35 personas quemadas vivas en una iglesia»