Un pedido diario en la noche o el día, por ti y tus seres amados.
«Quisiera hacerte un regalo que, por cierto, tú verás si merece ser aceptado.
Se trata, en realidad, de la recomendación más fácil y práctica que soy capaz de ofrecer. Es casi una receta de cocina, pero confío en que irás más allá de lo que señalen las palabras…
En algún momento del día o de la noche, aspira una bocanada de aire e imagina que llevas ese aire a tu corazón.
Entonces, pide con fuerza por ti y por tus seres mas queridos.
Pide con fuerza para alejarte de todo aquello que te trae confusión y contradicción.
Pide porque tu vida tenga unidad.»
Silo, La Reja – Mayo 2006