La Verdadera Solidaridad

La Verdadera Solidaridad, esto quiere decir que existe una falsa solidaridad?, o más bien ingenua?… cuando aplicamos en lo cotidiano el principio de solidaridad «cuando el trato que doy se corresponde con el trato que yo pido para mi». estoy hablando de ser solidario… porque si yo quiero que me den la mano, yo la tengo que extender primero… si yo quiero la verdad, yo debo actuar con verdad interna… por eso como a mi no me gusta que me subestimen, yo veo lo mejor de quienes me rodean y toda su posibilidad infinita de aprendizaje, con esta nueva y verdadera solidaridad avanzamos a ese mundo más humano al que todos profundamente aspiramos…


La Verdadera Solidaridad.

Consideramos estas ideas: «Donde hay sufrimiento y puedo hacer algo para aliviarlo, tomo la iniciativa. Donde no puedo hacer nada, sigo adelante sin detenerme». Semejantes ideas parecen prácticas, pero nos dejan el sabor de falta de solidaridad. ¿Cómo seguir adelante sin detenernos dejando atrás el sufrimiento, desentendiéndonos del pesar ajeno?

Veamos un ejemplo. En medio de la acera, un hombre cae en violentas convulsiones. Los transeúntes se arremolinan dando instrucciones contradictorias y creando alrededor del enfermo un cerco asfixiante. Muchos se preocupan, pero no son efectivos. Tal vez quien llama urgentemente al médico, o aquel otro que pone a raya a los curiosos para evitar el apiñamiento, sean los más cuerdos. Yo puedo ser uno de los que han tomado la iniciativa, o tal vez un tercero que logra algo positivo y práctico en tal situación. Pero si actúo por simple solidaridad creando confusión, u obstaculizando a los que pueden hacer algo práctico, no ayudo sino que perjudico. Lo anterior es comprensible, pero ¿qué quiere decir: «.. Donde no puedo hacer nada, sigo adelante sin detenerme»? No quiere decir que estoy muy contento por lo que sucedió. Quiere decir que mi dirección no debe ser entorpecida por lo inevitable; quiere decir que no debo sumar problemas a los problemas; quiere decir que debo positivizar el futuro ya que lo opuesto no es bueno para otros ni para mi.

Hay personas que con una mala entendida solidaridad, negativizan a quienes quieren ayudar y se perjudican ellas mismas. Esas son restas a la solidaridad porque la energía perdida en ese comportamiento debería haberse aplicado en otra dirección, en otras personas, en otras gentes, en otras situaciones en las que efectivamente hubiera obtenido resultados prácticos. Cuando hablamos de resultados prácticos, no nos referimos solamente a lo brutalmente material, porque hasta una sonrisa o una palabra de aliento pueden ser útiles si existe alguna posibilidad de que ayuden.

Fragmento: Libro de La Comunidad

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